NUESTRAS MASCOTAS

Las mascotas son nuestras grandes y fieles amigas con las que compartimos nuestro día a día.

TU RINCÓN ANIMAL, es nuestra tienda online, gracias a ella hemos abierto este blog para ayudaros con vuestras dudas, para informaros cada semana de una de nuestras grandes mascotas, esta semana empezaremos con el YORKSHIRE, una raza de perro muy especial para nosotros.

En este blog compartiré la información necesaria sobre ellas, queremos que nos preguntéis vuestras dudas y que compartáis vuestras experiencias con nosotros.

sábado, 10 de abril de 2010

EL YORKSHIRE - CARÁCTER Y COMPORTAMIENTO

El Yorkshire es un perro pequeño pero explosivo. Es sumamente activo y excitable y registra todo lo que acontece a su alrededor. Los ejemplares de esta raza suelen ser muy afectuosos, aunque poco obedientes y bastante ladradores, pero no debemos olvidar que todo depende de la educación que reciba por parte de sus dueños.

Muy temperamental, tratará en general de transformarse en el centro de atención de las personas que interactúen con él, pero no hará lo mismo con los extraños. De hecho, el Yorkshire seguramente ladrará con insistencia cuando algún extraño se acerque al hogar donde convive con la familia. Son perros muy juguetones no suelen ser muy pacientes con los pequeños y prefieren la compañía de los adultos.

Es un perro recomendable para aquellas personas a las que les gustan los animales pequeños y vistosos, que además sean muy afectuosos y que estén siempre dispuestos a acompañarlas a todas partes. También es ideal para personas que no tengan niños y que deseen un perro alegre, juguetón y bastante guardián.



Las patologías más comunes del comportamiento son:

EL LADRIDO: el ladrido es una de las vocalizaciones del perro. Las vocalizaciones de los perros son varias, moduladas, variadas en intensidad, duración y repetición a diferencia de los demás cánidos : gemido, gruñido, jadeo, aullido y ladrido. Son innatas al perro y de todos los cánidos es el único en tener un repertorio tan amplio. A través de estos ladridos les es posible orientarse.
Contrariamente a lo que muchos dueños de mascotas creen, las vocalizaciones no son un lenguaje, sino la manifestación de un estado emocional. Son particularmente significativas en el periodo neonatal y de transición del desarrollo comportamental de un perro y se extinguen normalmente en la naturaleza durante el periodo de socialización y hasta la pubertad. La persistencia de las vocalizaciones puede representar un síntoma de un trastorno del comportamiento. Con un buen adiestramiento esto se puede evitar.

EVACUACIÓN DE ESFÍNTERES: la falta de aprendizaje es la causa más frecuente de eliminación inadecuada en el perro.
Otras causas pueden ser:

En animales viejos, por pérdida de aprendizaje, incontinencia urinaria o fecal, por problemas neurológicos, etc

Por enfermedades del sistema nervioso central (generalmente habrán síntomas asociados).

Por ansiedad por separación (que es una alteración del comportamiento en la que se observaría eliminación inadecuada únicamente cuando el animal se queda solo en casa).

Puede ser una respuesta a la sumisión (se orina cuando el propietario u otra persona llega a la casa y lo saluda o toca) o por excitación.

Alrededor de las 3 semanas de edad, la mayoría de cachorros han empezado a eliminar lejos de su zona de descanso por iniciativa propia. A las 5 semanas de edad, él mismo escojerá una zona destinada a la eliminación. A las 9 semanas, dicha zona de eliminación será más concreta, más pequeña.

La estrategia del adiestramiento doméstico tiene que aprovechar esta tendencia innata del perro a no eliminar en las zonas de descanso.

ADIESTRAMIENTO DE LOS ESFÍNTERES: la mayoría de los perros son animales de compañía, por lo que es muy importante que sean adiestrados rápidamente. El adiestramiento de recompensa es mucho más eficaz que el castigo.
Al principio, los cachorros jóvenes se deben sacar al aire libre para eliminar con tanta frecuencia como resulte práctico (lo ideal sería cada hora mientras el cachorro está despierto). En poco tiempo el dueño aprenderá a predecir el tiempo en el que el cachorro necesita ser sacado y debe sacarlo después de comer, de beber, de jugar y de dormir. El uso de la misma zona permite que los olores se acumulen y debe aumentar la probabilidad de que el cachorro vuelva a eliminar de nuevo allí.

Tan pronto como el cachorro elimine en el lugar apropiado, se le debe premiar abundantemente o se le debe dar una pequeña recompensa de alimento.

Si el cachorro quiere jugar o entrar en casa, estas circunstancias deben usarse para premiar al perro tan pronto haya concluido la eliminación. No esperar a que el cachorro esté de nuevo en casa para darle un premio de comida, ya que esto le enseña que se le adelantan las recompensas por llegar a casa (y no por la eliminación).

Si el perro es vigilado, el dueño puede intuir o aprender a identificar los signos que preceden a la eliminación (p.e. el animal olfatea, adopta una postura agazapada, se escabulle,...) y así, puede interrumpir al perro antes de que éste elimine y encaminarle al lugar apropiado (donde se le puede elogiar y premiar por lograrlo). De esta forma, no hará falta realizar un castigo.

No obstante, si el dueño ve al perro que elimina en un lugar inapropiado, se le debe interrumpir con un ¡no! severo. Pero hay que recordar, que el castigo severo puede enseñar al perro a:

evitar la eliminación posterior en ese lugar, o

evitar la eliminación posterior en ese lugar cuando el dueño está presente, o

evitar la eliminación en presencia del dueño.

Sólo se debe pensar en el castigo si el dueño observa que el cachorro empieza a eliminar en casa. Una pistola de agua, la sacudida de una lata o un adiestrador audible...son preferibles a las técnicas físicas o incluso a las represiones verbales, ya que es menos probable que provoquen miedo del dueño. Además, si es posible que el dueño no esté visible en el momento del castigo, el animal puede aprender a dejar de eliminar en la zona tanto si aquél está presente como si no lo está. Nunca debe usarse un castigo que provoque miedo al perro.